Desarrollo

Igualdad de genero en la sociedad actual

La equidad de género permite brindar a las mujeres y a los hombres las

mismas oportunidades, condiciones, y formas de trato, sin dejar a un

lado las particularidades de cada uno(a) de ellos (as) que permitan y

garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos(as).

Por ello, en un concepto más amplio, se alude a la necesidad de acabar

con las desigualdades de trato y de oportunidades entre mujeres y

hombres.



Aquí nos podríamos preguntar ¿y…cuál es el problema? El problema es

que las diferencias de trato y de oportunidades van en contra de los

derechos humanos, e históricamente han afectado más a las mujeres, en

razón de su sexo.

Ejemplo:

• La violencia familiar.

• La discriminación por edad, estado civil o embarazo para obtener

un empleo.

• Un número menor de mujeres con puestos de decisión.

• Los feminicidios.

• El hostigamiento sexual en el transporte público.

• La prostitución de mujeres y niñas.

¿Para que nos sirve la igualdad de genero?

Es una herramienta de análisis que nos permite identificar las

desigualdades de trato y oportunidades entre mujeres y hombres.

También es útil para proponer cambios en la organización y estructura de

las instituciones y concientizar a las mujeres de la importancia de

conocer y ejercer sus derechos.

¿Qué debemos entender por estereotipos de genero?

Son creencias socialmente construidas entre hombres y mujeres. Dichas

construcciones se elaboran y se refuerzan mediante refranes, canciones,

cuentos, los medios de comunicación, la religión, la cultura, las

costumbres, la educación, entre otros.

¿Dónde aprendemos estereotipos? En las familias; en las escuelas; en

las religiones; en los medios de comunicación.

Razones para luchar por la igualdad de genero

No es más relevante que seas una mujer o un hombre para trabajar a

favor de la paridad. Es un objetivo que nos une a todas las personas con

independencia de nuestro género. Si queremos vivir en una sociedad más

equitativa es necesario que exista igualdad en todos los ámbitos. Y hoy

aún se manifiesta una gran disparidad entre ambos colectivos en

muchos ámbitos. ¿Vemos algunos?



Educación

La enseñanza inclusiva como fuente para promover las oportunidades a

largo plazo de niñas y niños sigue siendo una meta por lograr. El Instituto

de Estadística de la UNESCO alerta de la brecha educativa existente:

Una niña del África Subsahariana recibe un año menos de escolaridad

que un niño (9 y 10 años respectivamente).

Esta región presenta una tasa elevada de menores, más de uno de cada

cinco en la etapa primaria, que no acuden a la escuela. Las primeras en

ser discriminadas son las niñas, en concreto, un 24% de ellas dentro de

este grupo no va al colegio, en relación con el 18% de ellos.

En los niveles altos de enseñanza las diferencias se incrementan. A nivel

mundial, más mujeres cursan licenciaturas que los hombres. Sin

embargo, la disparidad de género las desanima a seguir adelante, por lo

que las cifras de mujeres investigadoras a escala mundial son menor al

30%.


Trabajo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicaba en 2018 que a

las mujeres les resultaba mucho más complejo que a los hombres

encontrar trabajo. Además, cuando ellas trabajan lo hacen en empleos

de menor categoría y en situación de vulnerabilidad:

Con respecto a la participación en la fuerza de trabajo (una persona

trabaja o lo busca de forma activa) en el mundo, encontramos que el

índice de las mujeres se acerca al 49% frente a un 75% de los hombres.

Las mujeres tienden a estar presentes en algunas clases de trabajo

vulnerable. Mientras los hombres tienen más posibilidades de tener

empleos por cuenta propia, ellas acostumbran a ayudar en negocios

familiares o labores del hogar.

La persistencia de los roles de género y la coacción para ajustarse a ellos

hace que, actualmente, se siga juzgando mal que las mujeres tengan un

empleo remunerado fuera de sus hogares. Algo que opinan un 20% y 14%

de los hombres y mujeres del mundo, respectivamente.

Por un lado, encontramos menos acceso a la enseñanza, exclusión en la

toma de decisiones sobre la planificación de las urbes o en la propiedad

del suelo.

Por otro, vemos cómo influyen las restricciones socioculturales como la

obligación cultural de ir acompañadas en público por un varón de la

familia, limitaciones físicas para el movimiento o vestimenta, o carencia

de habilidades en actividades físicas como la natación.

Todas son razones para seguir reivindicando la igualdad de género.

Porque lamentablemente hay muchas más desigualdades.



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